IMPORTANCIA DE LA ALIMENTACIÓN EN EL PACIENTE ONOCOLOGICO – PREGUNTAS Y RESPUESTAS.

INTRODUCCIÓN 

La intención de este artículo es escribir en formato preguntas y respuestas, lo que habitualmente nos preguntan los pacientes en la consulta oncológica y que permita entender en cada caso lo que pueda ser de utilidad, con la intención de que no se viva la alimentación durante el cáncer como un aluvión de recomendaciones, ya que esto puede resultar agobiante para el paciente. 

¿Qué alimentos son básicos en el día a día? 

Vamos hablar de alimentos que son básicos para cualquier persona, pero vamos a indicar los que son especialmente importantes para el paciente oncológico. 

Para el paciente oncológico es importante incluir en la alimentación diaria un amplio abanico de verduras y hortalizas. En cada comida conviene que la dieta sea abundante en estos alimentos porque aunque la mayor parte de su peso es agua, las hortalizas constituyen una auténtica farmacia vegetal, gracias a su riqueza en minerales, vitaminas y fitoquímicos.  

Algunos de los minerales que encontramos en abundancia en las verduras y hortalizas son el potasio, el calcio o el hierro. Gracias a dichos minerales, estos alimentos tienen un efecto alcalinizante sobre el organismo. 

Además hay que destacar la cantidad de vitaminas que contienen, vitamina C, algunas vitaminas del grupo B, sobre todo ácido fólico (hojas verdes), vitamina K (alfalfa, col y espinacas) y provitamina A (Betacarotenos, precursores de la vitamina A), una vitamina que tonifica el sistema inmunitario. Los encontramos en todas las verduras y hortalizas de color naranja. 

También contienen clorofila, el pigmento verde de todos los vegetales, todavía no se conocen bien sus efectos sobre el organismo, se piensa que favorece la producción de sangre. 

Por último, estos alimentos son ricos en fitoquímicos, sustancias que confieren el color de las verduras y hortalizas y que tienen una enorme capacidad antioxidante. La familia de las crucíferas (coles, brócolis, coliflor, rábanos, rucula…) es una de las más ricas en dichas sustancias, junto a la familia de las cebollas, ajos y puerros.  Es por esto que estos alimentos son considerados alimentos anti cáncer. 

En este mismo apartado, también hemos de destacar el poder curativo de algunas frutas, sobre todo los frutos rojos, también por su riqueza en sustancias anticancerígenas que actúan como antioxidantes. 

A parte de las vitaminas, minerales y fitoquímicos que encontramos en estos alimentos vegetales, también hay que mencionar el importante aporte de fibra que garantizan en nuestra alimentación. La fibra es necesaria para regular el tránsito intestinal y actúa como prevención del cáncer de colon. 

 

verduras

¿Cómo es mejor preparar y cocinar estos alimentos para mantener las sustancias con acción antioxidante? 

Por orden: preferentemente crudos, luego macerados, cocinados al vapor, escaldados o salteados. 

  • Crudos: Las verduras crudas preservan 100% sus enzimas, vitaminas y minerales. Son necesarias y hay que introducirlas al menos una vez al día. 
  • Si las maceramos en vinagretas, zumo de limón, salsa de soja, vinagre, agua con sal, etc., favorecemos una mejor digestión, aportamos sabor y ayudamos a que se conserven durante más tiempo. 
  • Cocciones al vapor: se hacen en una olla con un poco de agua y una cestita especial donde se colocan las verduras o alimentos, y se tapa la olla. La intención es que éstas no estén en contacto con el agua para preservar al máximo sus nutrientes. Además el tiempo de cocción es muy corto para obtener unas verduras crujientes y “al dente”. 
  • Escaldados o blanqueados: En un cazo alto se pone agua y se añade un poco de sal. Se lleva a hervir y cuando hierve se añaden las verduras troceadas pequeñas durante tan solo 1-2 minutos. De esta forma están en contacto con el agua poco tiempo y también se garantiza que conserven al máximo sus nutrientes. 
  • Salteados: Se preparan en una sartén o wok con un poco de aceite caliente para que las verduras queden ligeramente cocinados y mantengan así sus propiedades nutricionales. 

 

col

¿Hay alimentos que sea imprescindible retirar en un proceso oncológico? 

De la misma forma que hemos dicho que los alimentos pueden ser nuestro medicamento, existen alimentos que pueden ser perjudiciales para nuestra salud en según qué circunstancias. 

Delante de un proceso oncológico en el que hay un crecimiento celular aumentado, hemos de considerar que los alimentos que promueven dicho crecimiento celular, han de ser evitados.

Especialmente los lácteos por el alto contenido de IGF1 (factor de crecimiento) además de su contenido en hormonas estrogénicas que promueven la proliferación de células de los tejidos mamarios y ginecológicos. En este caso incluimos la leche de vaca, cabra y oveja, los yogures y los quesos. 

Por el mismo motivo de no favorecer el crecimiento celular, hemos de evitar el consumo de carne de ternera, cerdo, pollo, conejo, cordero… de cría intensiva, ya que  en su alimentación a través de los piensos, se “suministran” hormonas y antibióticos, que al ingerir el producto cárnico pasan a nuestro organismo a través del aparato digestivo. 

Por lo tanto si se quieren tomar dichos alimentos, es recomendable adquirir productos de origen ecológico, ya que por ley no se pueden usar en la alimentación de éstos animales antibióticos y hormonas.  

La otra opción es consumir alimentos ricos en proteínas de fuente vegetal : legumbres, semillas, frutos secos y pseudo cereales como la quinoa o el trigo sarraceno. 

En un último lugar pero no menos importante, el azúcar. También hay que retirarlo de la dieta porque se asimila muy fácilmente en el intestino y favorece el crecimiento rápido de las células y por su poder acidificante del medio extracelular. Aquí nos referimos a todos los tipos de azúcar y endulzantes, excepto a la estevia, la canela o la vainilla. 

 

¿Existen alimentos estrella? 

Sí. Todos los que sean ricos en omega 3, tanto de origen animal como vegetal. Por ejemplo sardinas, anchoas, boquerones, semillas y aceite de lino, y nueces.

El omega 3 es una grasa con un potente efecto antiinflamatorio, muy importante durante el proceso oncológico. Cabe tener en cuenta que cuando optamos por pescado azul pequeño y salvaje, muy rico en este tipo de grasas saludables, hemos de cuidar mucho su cocción y preparación, ya que las temperaturas elevadas dañan las propiedades beneficiosas. Así pues es importante por ejemplo cocinar las sardinas en un escabeche muy suave sin freírlas, o hacer los boquerones en vinagre. Por lo que hace a las semillas y al aceite de lino, éstos solo los usaremos para aliñar las verduras y hortalizas en crudo, ya sea tal cual o en alguna salsa, pero nunca los usaremos para cocinar. De hecho, una recomendación que damos a los pacientes es, que muelan las semillas y luego las guarden en un bote de cristal en el congelador, para evitar su oxidación. Y el aceite de lino, mejor reservarlo en la nevera. 

La cúrcuma también es un alimento estrella por su potencial antiinflamatorio. Lo mejor es usar la raíz fresca y añadirla a batidos, cremas, bebidas vegetales, woks, etc. Para beneficiarnos de las propiedades que la cúrcuma nos ofrece, es vital que la mezclemos con alguna grasa (aceite de oliva virgen extra, de lino de primera presión en frío, aguacate, frutos secos, aceitunas, etc.), someterla a un poco de calor y aliñar lo que vayamos a comer con cúrcuma, con un poco de pimienta negra recién molida. Gracias a estos tres detalles podemos hacer que la cúrcuma multiplique sus propiedades. 

Por último, pero no menos importante, hay que destacar también la familia de las crucíferas, las cebollas, ajos y puerros y los frutos rojos (moras, frambuesas, arándanos, grosellas…) respecto otras frutas, ya que como hemos visto anteriormente, éstas son ricas en antioxidantes (fitoquímicos) que luchan contra los radicales libres.  

Si además, podemos consumir todos estos alimentos de origen ecológico, mejor.  

 

cúrcuma

¿Puede la alimentación ayudar a la desintoxicación producida por la medicación y por la propia enfermedad? 

Es muy útil tener en cuenta que el alimento puede ser medicamento como dice la medicina naturista y la medicina tradicional china. 

Por esto cuando el paciente conoce que sufre un proceso oncológico, habría que iniciar tareas de desintoxicación del organismo, y más aún al empezar la radioterapia o la quimioterapia. 

Especialmente la desintoxicación va dirigida a ayudar en las tareas del hígado ya que es el órgano que metaboliza los fármacos. Para ello, es aconsejable haber valorado la situación hepática haciendo analíticas de transaminasas, colesterol, etc.

Alimentos que ayudan a la función hepática de drenaje son el limón, algunos alimentos fermentados, y también los que estimulan la función de la vesícula biliar como por ejemplo los de  sabor amargo. Por último, no podemos olvidar, los que contribuyen a que la bilis no forme cálculos biliares, como la lecitina de soja. 

La propia manera en que incorporamos los alimentos puede mejorar el correcto funcionamiento del sistema digestivo. Nos referimos a la importancia de masticar los alimentos al menos 20 o 30 veces, pues la digestión empieza en la boca, ya que la saliva contiene enzimas digestivas.  

En el caso de recibir radioterapia, recomendamos desintoxicar al organismo con aloe vera, alga cochayuyo y patata cruda o cocida. 

¿Qué más parámetros podemos tener en cuenta para favorecer la desintoxicación?

Favorecer la función de los otros dos órganos implicados, el riñón y el intestino. 

Además de valorar la sintomatología del paciente, ya que permite darnos cuenta de cuáles son los sistemas que están más perjudicados por esta intoxicación. 

En la práctica se pueden usar infusiones de drenaje hepático-biliar como el boldo, la fumaria, la tila… También manzanilla, cola de caballo y tomillo para ayudar a las vías urinarias. Y, evidentemente asegurarse de las deposiciones son correctas con algún laxante suave como las semillas de lino. 

 

¿Cómo se pueden minimizar las consecuencias de la quimioterapia? 

Para las náuseas está indicado el jengibre y comer hidratos de carbono de absorción lenta cada 3 horas, con la intención de mantener los niveles de glucosa en sangre. 

Alimentos como boniatos, tubérculos y raíces (boniatos, patatas, remolacha, zanahorias, chirivías, cereales integrales como la quinoa, el arroz, el trigo sarraceno…). 

Además, mejorar la acidez gástrica puede disminuir la sensación nauseosa y puede invitar al paciente a comer más y mejor. Aquí de nuevo nos podemos beneficiar de consumir patata cocida, aloe vera, alga cochayuyo o infusiones de regaliz. 

jengibre

¿Qué pasa con los pro bióticos al quitar los yogures? 

Es muy importante para garantizar nuestra salud, añadir en la alimentación diaria alimentos fermentados que aporten pro bióticos a nuestro intestino. Y cuanta más variedad tengamos, más beneficios obtendremos. Como hemos visto anteriormente, es necesario retirar los lácteos en cualquier proceso oncológico, así que una de las preocupaciones de los pacientes es cómo obtener dichas sustancias pro bióticas saludables. 

Existen muchísimos otros alimentos que contienen pro bióticos a parte de los yogures.  Los podemos encontrar en otros productos fermentados como por ejemplo el chucrut de col, el kimchee, el vinagre de manzana, la salsa tamari (salsa de soja sin trigo), yogures de coco, quéfir de agua, té kombucha, miso, tempeh de soja o de garbanzo, etc. Todos ellos deben ser productos sin pasteurizar. 

Los que son provenientes de la soja (tamari, miso, tempeh de soja, natto…), en algunos tipos de cáncer hay que evitarlos, sobre todo en los procesos oncológicos hormono dependientes (cáncer de mama, útero, próstata…). 

¿Qué pasa con las “ventajas” de los alimentos que retiramos?

Otra de las preocupaciones de los pacientes al retirar por ejemplo los lácteos, es cómo conseguir el calcio necesario para cuidar los huesos. Al igual que con los alimentos fermentados, encontramos otros alimentos más allá de los lácteos que son igual o más ricos en este mineral. Por ejemplo, tomar dos cucharadas al día de semillas de sésamo, aporta el mismo calcio que un vaso de leche, y se absorbe mucho mejor. Las almendras, las hortalizas de hoja verde y toda la familia de las coles (crucíferas), las algas y el pescado azul también son ricos en este mineral.  

Las proteínas de origen vegetal que encontramos en las legumbres, algunos pseudo cereales (trigo sarraceno y quinoa), los frutos, secos y las semillas pueden cubrir perfectamente las necesidades diarias de proteínas en el proceso oncológico, si la pauta alimentaria está bien hecha y se lleva a cabo con conciencia. Semillas ricas en proteínas tenemos las pipas de girasol, las semillas de chía o las de cáñamo por ejemplo. Guisantes, garbanzos y azukis son ricos en todos los aminoácidos esenciales, al igual que la quinoa y el trigo sarraceno. Y los cacahuetes, los pistachos o las almendras son algunos de los frutos secos más proteicos. 

¿Entonces, cómo podemos llevar a la práctica estas recomendaciones? 

En resumen, nos centramos principalmente en estas ideas básicas: 

  • Retirar lácteos, carnes no ecológicas y azucares. 
  • Tomar abundancia de verduras y hortalizas, crudas, maceradas o al vapor. Cebollas, ajos, puerros, crucíferas y frutos rojos son las más importantes. 
  • Tomar pescado azul pequeño en escabeche sin freír. 
  • Añadir semillas de lino y cúrcuma con pimienta. 
  • Beber infusiones hepatobiliares y de vías urinarias.

 

Los alimentos más ricos en antioxidantes :

  • Brócoli
  • Col lombarda
  • Germinados de col 
  • Coliflor 
  • Arándanos
  • Moras
  • Frambuesas 
  • Té verde 
  • Cebolla 
  • Ajo
  • Tomate 
  • Canela 
  • Alcachofa

arándanos

Cristina Domingo (Médica acupuntora) y Martina Ferrer (Nutricionista integrativa y especialista en Psiconeuroinmunología) de “INTEGRAL. MEDICINA INTEGRATIVA Y ESCUELA DE SALUD”.