molusco piel

Infección molusco contagioso y Par Biomagnético

En el caso que hoy os presentamos hablaremos sobre la infección del molusco contagioso y la terapia con biomagnetismo. Una técnica muy utilizada por terapeutas, kinesiólogos y naturópatas, ya que puede realizarse juntamente con cualquier otro tratamiento, tiene muy pocas contraindicaciones y es de gran efectividad.

La Naturopatía tiene como objetivo “despertar” las fuerzas curativas innatas de nuestro organismo, para que sea el equilibrio y la homeostasis propias, las que consigan que los sistemas orgánicos se regulen y se pueda vencer la enfermedad y mantener la salud. Todas las terapias que cumplen con este concepto son utilizadas por los naturópatas para mejorar la eficacia de los tratamientos.

Factores que influyen en la enfermedad

Las enfermedades no acostumbran a originarse por un solo factor. El cuerpo es un sistema complejo en el que la confluencia de diversas circunstancias afectará más o menos según el estado previo de la persona. Pongamos un ejemplo, si estamos en contacto con un virus, este tendrá más capacidad de infectarnos si se dan varios factores a la vez, como un sistema inmune deprimido y un estrés intenso acompañado de una alimentación deficiente. Por tanto, cuando busquemos el tratamiento adecuado también vamos a tener en cuenta los diversos factores que están influyendo en la enfermedad. Estudiaremos el estado nutricional, el microbioma y la toxemia para determinar cómo está el campo bioquímico del paciente. También tendremos que valorar su estado emocional y psíquico. Y no olvidarnos de su equilibrio energético que está relacionado con el sistema de meridianos y con la polaridad del cuerpo.

Par Biomagnético

Una terapia que fue de gran utilidad en este caso que hoy compartimos fue la magnetoterapia o biomagnetismo. El poder del biomagnetismo se conoce desde la antigüedad y a lo largo de los siglos numerosos científicos han utilizado las propiedades de los imanes de forma terapéutica. En el siglo pasado esta técnica fue sistematizada por el Dr. Isaac Goiz en 1988, creando la terapia del Par Biomagnético. El cuerpo humano, como todos los seres vivos, tiene propiedades magnéticas. Cada una de nuestras células, tejidos y órganos posee un campo magnético determinado. El estado de este campo magnético puede verse alterado y generar un terreno desequilibrado en alguna zona del cuerpo. Podría decirse que las corrientes positivas y negativas en nuestro cuerpo mantienen en equilibrio el pH.

Según el Dr Goiz, “el Par Biomagnético se define como el conjunto de cargas que identifican una determinada patología “y “un exceso de carga positiva genera un pH ácido, terreno propicio para el desarrollo de algunos microorganismos.”

Es de vital importancia mantener nuestro terreno orgánico equilibrado y no es tarea fácil, ya que nuestro entorno está contaminado. Alejarnos del medio natural ha traído más comodidades, pero también ha comportado estar en ambientes más tóxicos. Los estudios sobre los factores que influyen en la salud afirman que en las ciudades el aire está más contaminado y que la gran cantidad de dispositivos eléctricos y las redes inalámbricas generan campos electromagnéticos nocivos.

Todas estas condiciones alteran nuestro equilibrio y cambian el terreno donde viven nuestras células. Nuestros tejidos con el pH alterado se convierten en una base ideal donde asentarse los microorganismos patógenos.

Los estudios científicos sobre física afirman que electricidad y magnetismo son aspectos diferentes de un mismo fenómeno. En el cuerpo puede reconocerse el flujo eléctrico, una prueba de ello son los diagnósticos por electrocardiogramas y encefalogramas, por tanto, podemos afirmar la existencia del biomagnetismo como un elemento más constituyente de nuestra homeostasis.

El objetivo en la terapia del Par Biomagnético será el reequilibrio. La manera de conseguirlo es aplicando un par de imanes de una determinada intensidad, sobre las zonas del cuerpo que localizamos como alteradas. Algunas de estas zonas se relacionarán con microrganismos patógenos, otras con disfunciones y algunas de ellas puedan relacionarse con desequilibrios emocionales.

Caso clínico

En el caso que nos ocupa, tratamos un niño de 7 años con una infección por el virus del molusco contagioso. Esta es una infección frecuente en niños que se produce por contacto de la piel con objectos que tengan el virus, como toallas, juguetes, flotadores o manguitos de piscina. Aparecen unas pápulas de un 2mm que van creciendo. Las zonas más frecuentes de infestación en niños son la cara, el tronco o las extremidades. Sin tratamiento las lesiones acostumbran a desaparecer en 6 o 9 meses, pero en algunos casos pueden llegar a durar varios años. Van creciendo de tamaño y hay riesgo de infección si se rascan. El tratamiento alopático convencional incide sobre las lesiones, normalmente con ácidos dermatológicos, o se realiza un curetaje, que es el raspado de la pápula.

Valoración general

Bajo el enfoque de la naturopatía, empezamos haciendo la valoración general del estado del niño. En este caso, se trataba de un niño con un buen estado de salud en general. Presentaba bastantes pápulas, la mayoría de tamaño pequeño, en el costado derecho y algunas mayores en la parte interior del brazo derecho y el codo. En hábitos alimentarios, su madre nos comentó que tomaba dos vasos diarios de leche de vaca con cacao azucarado y que algunos días sus deposiciones eran muy blandas o diarreicas. También nos dijo que desde que tenía los moluscos no quería ir a la piscina, que antes le gustaba mucho, porque tenían la certeza que se había infectado allí. De la entrevista y la observación no hubo nada más que fuera relevante.

Consejos

Utilizando el test de Kinesiología, hicimos una valoración global del niño. A nivel bioquímico y nutricional realizamos un test de microbiota y de alimentos, y por el resultado aconsejamos retirar la lactosa, el azúcar y los productos procesados que los contengan. También propusimos un probiótico infantil para el equilibrio del microbioma intestinal. Para mejorar el estado de salud, hoy sabemos que mantener la flora intestinal sana es de vital importancia. Gracias al equilibrio del ecosistema intestinal se refuerza el sistema inmunitario, se absorben correctamente los nutrientes, se sintetizan algunas vitaminas y se impide la entrada de sustancias nocivas al interior del cuerpo. Por tanto, no solo equilibrar cuando está alterada, sino reforzar el microbioma intestinal es siempre aconsejable.

Seguimos con la valoración del estado emocional del niño. Había aparecido una resistencia a hacer la actividad que le gustaba por la infección contraída en ese lugar. Con las Flores del Dr. Bach comprobamos que había aparecido un “miedo” asociado y descubrimos que era una conducta normal en él evitar las situaciones en las que no se sentía seguro.

Para ayudarle con esta conducta de evitación preparamos una fórmula personalizada con las esencias florales para que pudiera afrontar la situación. También buscamos con él algunas soluciones que le hicieran sentirse más seguro, como no utilizar material compartido y tener sus propios objetos, toallas, etc.

A continuación, realizamos un rastreo con el Par Biomagnético, utilizando el test kinesiológico y encontramos que las zonas relacionadas con la infección por moluscos mostraban un desequilibrio.

La aplicación de la técnica es sencilla. Se colocan los imanes de una potencia especifica en el lugar preciso por un tiempo de exposición que puede variar entre 10 o 20 minutos. Para comprobar que el equilibrio energético se ha restablecido se realiza de nuevo el test. Al mover las cargas electromagnéticas y restaurar la homeostasis, la zona se hace más resistente a las infecciones y es la fuerza curativa del propio organismo la que acaba con el patógeno.

Evolución

Después de la primera sesión, se realizó una visita a los quince días. La evolución era fue muy buena: algunas lesiones pequeñas habían desaparecido, una que era bastante grande se abrió y estaba casi curada, y quedaban algunas pocas lesiones medianas en la parte interna del codo. Realizamos otra sesión con el Par Biomagnético. Algunas zonas que en la primera sesión salían alteradas ahora estaban bien. Otras aún seguían con cambios y mostraban desequilibrio al realizar el test. Después de la aplicación de la técnica se programó una tercera visita a los quince días.

La tercera sesión fue la última que se hizo. En está el problema había remitido casi totalmente. Quedaban solo 3 lesiones de pequeño tamaño y ninguna nueva.

Hicimos una valoración del estado del microbiota intestinal y aconsejamos seguir un tiempo más con el probiótico. La madre nos dijo que habían cambiado la leche de vaca por bebidas vegetales y habían reducido mucho el consumo de azucares procesados, y que el niño tenía unas deposiciones normales. En cuanto a la piscina, había vuelto a ir y se sentía tranquilo porque no se reinfectó. Valoramos de nuevo qué Flores de Bach necesitaba y la recomendación fue que las tomará hasta la total desaparición de las lesiones y unos días más, hasta constatar que ir a la piscina no constituía ningún riesgo. No fue necesario hacer ninguna sesión más.

Conclusión

Con la Magnetoterapia no siempre obtenemos resultados tan rápidos. En algunos casos de infecciones con recidivas o con patógenos más resistentes, hay que hacer más sesiones de tratamiento y revisar pasado un tiempo como está el organismo. Esta técnica nos permite combinarla con cualquier otro procedimiento terapéutico y nos ayuda en el objetivo del naturópata que es conseguir que sea el cuerpo el que se sane a sí mismo.

Esperamos que este caso sea un buen ejemplo de cómo trabajamos en naturopatía, considerando a la persona como un organismo complejo en el que influye el equilibrio de todas sus partes: la química, la física, la emocional y la energética.

Marta Rico, psicóloga, kinesióloga y naturópata, profesional de “Integral, Cooperativa de salud”