Tratamiento autorregulador específico del Sistema Inmunitario
El asma es una enfermedad crónica que se caracteriza por ataques recurrentes de tos, silbidos que salen del pecho, sensación de opresión en el tórax y ahogo, que varían en severidad y frecuencia. Durante un ataque de asma se inflama el revestimiento de los bronquios provocando estrechez, por lo que entra y sale menos aire de los pulmones. Esta obstrucción de las vías aéreas es reversible, pero, si no se trata, puede volverse permanente. Se suele presentar más por la noche y la madrugada y en algunas personas se agrava con la actividad física.
Hablamos de asma por causas externas que se inicia en la infancia, con antecedentes familiares de alergias, inducido por polen, lana, polvo, irritantes o por contaminación atmosférica, cambios meteorológicos, hongos, etc, y se acompaña de aumento de las inmunoglobulinas E (IgE), generalmente asociado a problemas de piel. Otro tipo de asma no se asocia a alérgenos (no eleva IgE), comienza en mayores de 35 años y se relaciona con microbios y/o hongos a nivel bronquial, tos, trastornos psíquicos, estrés, etc. A veces hay combinaciones de los dos tipos y sería un asma mixta. Se puede asociar a sinusitis, pólipos nasales y sensibilidad a la aspirina o antinflamatorios, y también a exposiciones ocupacionales (polvo de madera, metales, compuestos orgánicos, resinas plásticas). Por otro lado, el reflujo gastroesofágico, o paso de fluido ácido del estómago al esófago y en ocasiones a la vía aérea, puede dificultar la mejoría de estos pacientes.
Caso Clínico
Amelia es una señora de 74 años con varios antecedentes familiares de enfermedades autoinmunes y de cáncer. De pequeña tenía anginas de repetición hasta que a los 30 años empezó a tener dolores articulares que detectaron que eran causados por las anginas, por lo que se le extirparon las amígdalas. Dos años después empezó a hacer bronquitis asmática con pruebas de alergia a los ácaros positiva. Esos años estaba estresada: mucho trabajo, niños, casa y solo dormía 5 horas. Con broncodilatadores y cortisona fue tratando las frecuentes crisis, pero finalmente un cambio de vida le brindó una mejoría importante, manteniéndose con crisis ocasionales durante 20 años. Hace unos 15 años se le diagnosticó una hernia hiato, por lo que ha estado tomando omeprazol habitualmente. Después tuvo una caída con varias fracturas óseas que requirió pasar por quirófano. Se le detectó una osteoporosis severa, por lo que hizo tratamiento durante 7 años. Hemos de recordar que uno de los efectos secundarios del tratamiento con cortisona es la osteoporosis. Hace 3 años empeoró el asma de manera que prácticamente tenía que tomar cortisona oral de manera continua, a parte de varios inhaladores, antialérgicos (uno específico para asma). Los neumólogos del hospital hicieron un estudio exhaustivo que únicamente mostró bronquiectasias y atelectasias a nivel bronquial. Las pruebas respiratorias eran negativas al broncodilatador. El estudio del aspirado bronquial no mostraba hongos o bacterias y las IgE eran normales. Tampoco se observó inflamación de los bronquios en la broncoscopia. Hace un año ha sufrido fracturas vertebrales y costales sin caídas, aunque hace dos años la densitometría había mejorado. Amelia me consultó por la desesperación y limitación que le suponía esta situación. Dada la complejidad del caso planteé directamente un estudio amplio del sistema inmunitario para poder objetivar donde estaba el problema.
El estudio profundo del sistema inmunitario (SI) es crucial
Es crucial un estudio profundo del sistema inmune para detectar donde está fallando. Este estudio tiene cuatro pilares: tipaje y equilibrio entre las diferentes familias de linfocitos, estudio de proteínas (de defensa, inflamatorias y nutricionales), serologías (infecciones latentes) y genética ligada a las células de defensa (HLA).
En este caso me quedé muy sorprendida pues la prueba del balance del sistema inmunitario estaba totalmente opuesta a lo que se ve en asma. Por otro lado, se detectó una deficiencia de proteínas de defensa. En las pruebas de infecciones vimos gran cantidad de infecciones no resueltas (virus respiratorio sincitial, citomegalovirus, Epstein Bar, micoplasma pneumoniae, clamydia pneumoniae, haemophillus , helicobacter pylori de serotipo II ). Finalmente, en el cuarto pilar, la genética, obtuvimos información adicional pues nos mostró un HLA B40 que condiciona la ineficacia del sistema inmunitario provocado por vacunas. En los últimos diez años Amelia se había vacunado cada año de la gripe, también había recibido dos dosis del pneumococo y tres de tétanos y difteria. Así que pudimos tener una comprensión profunda del problema: durante todos estos años Amelia había sido tratada por asma, pero, en realidad, el problema estaba en la cantidad de infecciones latentes que el sistema no había acabo de eliminar, muy probablemente por la ineficacia del sistema inmunitario condicionada por las vacunas.
Tratamiento específico autorregulador del sistema inmunitario
Gracias al análisis específico y profundo del SI pudimos hacer un tratamiento directo a la raíz del problema con autorreguladores, que son moléculas y nanopartículas que regulan nuestro sistema inmunitario a las dosis con las que trabaja nuestro cuerpo. Así que tratamos el terreno y dimos el soporte que necesitaba para fortalecer el sistema inmunitario contra los gérmenes. También tratamos específicamente los virus de Epstein Bar y citomegalovirus que eran los más activos que alteran más al sistema inmunitario. Por otro lado, le aconsejé no ponerse más vacunas. Más adelante cuando todo estuviera más controlado haríamos la desensibilización de las vacunas administradas.
Evolución
Durante dos años ha tenido un par de resfriados sin complicaciones y no ha necesitado cortisona. Tengo que señalar la importancia del cambio en la alimentación en estos problemas. Dejar los lácteos animales y el gluten es importante porque el gluten es muy inflamatorio y la caseína de los lácteos animales es muy alergénica. Es extraordinariamente frecuente que la flora intestinal esté totalmente desequilibrada y se produzca un intestino permeable por el que se cuelan gérmenes, tóxicos etc. que no tendrían que pasar y sobrecargar al 80% de nuestro sistema inmunitario, que está detrás de esa mucosa intestinal.
Conclusión
El estudio específico y profundo del sistema inmunitario nos da una visión de cómo está funcionando, información de las infecciones latentes que pueden hacerlo desequilibrar e información de la genética que está alterando nuestro estado de salud, pudiendo así tratar dichos desequilibrios con autorreguladores específicos sin efectos secundarios.
Recordar que des del punto de vista holístico el asma está muy relacionado con el intestino y con la piel. Por otro lado, se ha demostrado como la alteración de la flora intestinal lleva a un intestino permeable que desequilibra al sistema inmunitario. Por tanto, es fundamental el tipo de alimentación junto a la protección frente a tóxicos, la eliminación de toxinas acumuladas, la gestión del estrés, etc. que indirectamente favorecerán el refuerzo del sistema inmunitario y ayudarán a reequilibrarlo.
Eulàlia Torrellas ,Médica de familia y homeópata.