Cómo mejorar los sofocos cuando tienes un cáncer de mama

La supervivencia de las mujeres con cáncer de mama en estadio precoz y metastásico ha aumentado significativamente en las últimas décadas, debido a los nuevos tratamientos oncológicos. Sin embargo, los tratamientos oncológicos causan síntomas y efectos secundarios que afectan a la calidad de vida de las personas con cáncer.

Los síntomas menopáusicos afectan en gran medida a las mujeres con cáncer de mama durante el tratamiento hormonal, a nivel físico, emocional y relacional. La prevalencia y la gravedad de los síntomas menopáusicos, tales como sofocos, insomnio, sequedad vaginal, trastornos del ánimo y osteoporosis, es mayor en las personas con cáncer de mama que en la población general.

Los sofocos son uno los síntomas menopaúsicos más frecuentes que experimentan las mujeres durante la menopausia. Éstos se definen como una sensación de calor interno, acompañada de sudor y enrojecimiento de la piel, generalmente en la zona del escote y la cara. Éstos suelen durar segundos o varios minutos y ocurren de repente durante el día o durante la noche, originando problemas en el descanso nocturno.

Los sofocos se producen en la menopausia principalmente debido a la disminución de los estrógenos (hormona sexual femenina) que provoca un desequilibrio en la regulación de la temperatura corporal. En mujeres con cáncer de mama, que están recibiendo tratamiento hormonal ya sea con inhibidores de la aromatasa o tamoxifeno, los sofocos se magnifican en intensidad y prevalencia (80%-90%) debido a un mayor un descenso de los estrógenos circulantes provocado por los tratamientos hormonales.

Tratamiento de los sofocos de origen oncológico
Los oncólogos, recetan antidepresivos en dosis bajas o neurolépticos para reducir los sofocos, disminuyéndolos en un 80%. Sin embargo, ciertos antidepresivos están contraindicados usarlos junto con el tamoxifeno, ya que provocan interacciones farmacológicas disminuyendo el efecto del tamoxifeno. Recientemente, un nuevo fármaco, un antagonista selectivo del receptor de neuroquinina-3 (NK3), ha sido aprobado por la FDA para el manejo de los sofocos. Éste produce efectos secundarios significativos como diarrea y alteraciones hepáticas, por lo que no parece la solución al problema. Por otra parte, la terapia hormonal sustitutiva está contraindicada en las mujeres con cáncer de mama.

De ahí la importancia de emplear la oncología integrativa, que se fundamenta en los cambios de estilo de vida, técnicas cuerpo-mente y la suplementación, en conjunción con el tratamiento oncológico convencional para mejorar los síntomas, los efectos secundarios y la calidad de vida de las personas con cáncer, así como la prevención del cáncer y de sus recaídas.

Este número de la revista Integral contiene un artículo sobre la oncología integrativa y de sus beneficios para las personas con cáncer.

El caso de Laura
Laura es una mujer de 45 años que, en enero 2023, al ducharse, nota una tumoración en la mama izquierda. Rápidamente acude a su ginecóloga que realiza una ecografía y mamografía objetivando una lesión mamaria sospechosa, por lo que es remitida a su hospital de referencia. Laura es diagnosticada en febrero del 2023 de un cáncer ductal infiltrante de mama de 8 mm grado 2 luminal A- caracterizado por una alta expresión de receptores hormonales de estrógenos y progesterona y una baja proliferación celular-. El 28 de febrero del 2023 se realiza la tumorectomía en la mama izquierda y una biopsia de ganglio centinela, que es negativa, por lo que el cáncer de mama no tiene afectación ganglionar. El 3 de abril del 2023, inicia las sesiones de radioterapia y el tratamiento hormonal con tamoxifeno.

En septiembre del 2023 Laura acude a mi consulta porque desde el inicio del tratamiento hormonal con tamoxifeno tiene frecuentes y severos sofocos que le afectan a su calidad de vida.

Laura vive a las afueras de Barcelona con su marido e hijos de 15 años y 17 años. Su marido, es una fuente de apoyo para Laura, ya que le aporta equilibrio y le ayuda a relativizar los problemas laborales y domésticos.

A nivel laboral, Laura es la directora comercial de una mediana empresa y tiene un equipo de 10 personas a su cargo. Desde hace varios años Laura se ha visto sometida a un alto estrés laboral, ya que la empresa se ha expandido a Sudamérica y sus responsabilidades han aumentado considerablemente. Su equipo piensa que Laura es una persona muy comprometida con su trabajo y con el buen funcionamiento del equipo.

Historia clínica
Laura me comenta que los sofocos (evaluados de 9 en una escala de 1 a 10) le ocurren frecuentemente durante reuniones importantes y tensas con compradores. Frecuentemente, se despierta varias veces empapada en sudor por la noche y no pude descansar bien. Al día siguiente se levanta cansada, sin energía, lo que le dificulta concentrarse en su trabajo. A nivel emocional, Laura tiene mucha rabia por haber tenido el cáncer y por el impacto de los sofocos en su día a día. También tiene miedo de una recidiva del cáncer de mama. Su oncóloga le ha recetado citalopram 20 mg (un antidepresivo que no tiene interacciones con el tamoxifeno) para mejorar los sofocos.

Sin embargo, Laura quiere explorar la oncología integrativa, ya que ha leído que ésta disciplina contempla a la persona como un todo, teniendo en cuenta las necesidades físicas, emocionales, mentales, relacionales y espirituales, y que la oncología integrativa se usa habitualmente en otros países de Europa y en Estados Unidos para mejorar los síntomas, los efectos secundarios y la calidad de vida de las personas con cáncer.

Realizando la historia clínica, me doy cuenta de que Laura tiene una personalidad perfeccionista, exigente consigo misma y con tendencia a la ansiedad. Estos rasgos de personalidad se han intensificado en los últimos años coincidiendo con el estrés laboral. Me comenta que la comida es su refugio, en especial la ingesta de alimentos dulces, para calmar la ansiedad. Laura ha dejado de realizar ejercicio regular por falta de tiempo y ha engordado 10 kg en los últimos 5 años, y cree que desde que está con el tamoxifeno ha engordado un poco más.
El aumento de peso también le preocupa, ya que ha leído que la producción de estrógenos (hormona sexual femenina) se produce también en el tejido graso y “alimenta” a los cánceres de mama hormonales.

Laura no tiene alergias, no fuma y sí consume alcohol los fines de semana. La exploración física es normal, a excepción de un leve sobrepeso, circunscrito en el área abdominal, su IMC es 28,1 (peso 71 kg y altura 159).

Las analíticas (tanto el hemograma, la bioquímica general, las hormonas tiroideas) están dentro del rango de la normalidad. Destaca únicamente niveles bajos de vitamina D de 24 ng/ml.

Análisis de la situación y recomendaciones
Lo primero que le explico a Laura es que el tumor que le han quitado es de muy bajo riesgo de recidiva. Sin embargo, modificar ciertos estilos de su vida, como la alimentación, el ejercicio físico y la gestión del estrés junto con el tratamiento con tamoxifeno, le ayudarán a disminuir aún más el riesgo de recidiva.

Detectar los factores desencadenantes de los sofocos es primordial. Laura ya se ha dado cuenta que el estrés, ya sea en el trabajo o en casa en situaciones tensas, le desencadena los sofocos frecuentemente. Le explico que los sofocos principalmente se originan por la disminución de los estrógenos, y que la activación del sistema nervioso simpático también interviene en los sofocos. Por ello, le animo a practicar técnicas cuerpo-mente, tales como yoga, taichi, meditación o respiraciones conscientes. Éstas le ayudarán a activar su sistema nervioso parasimpático, el de que favorece la relajación, en vez del simpático que favorece la lucha.

Le explico el resto de los factores desencadenantes de los sofocos: el calor (esto incluye los climas calurosos y las bebidas calientes), el café y las bebidas con cafeína, el tabaco y el alcohol, las comidas picantes y los quesos curados, así como el sobrepeso. Por ende, le sugiero que consuma alcohol excepcionalmente, que elimine los procesados y los lácteos de su dieta, especialmente los quesos curados, y que es conveniente perder peso.

Le enfatizo la necesidad de cambiar ciertos hábitos de su vida, especialmente la alimentación, el ejercicio físico y la gestión del estrés. Le recomiendo consumir una alimentación anti-inflamatoria, preferiblemente de origen vegetal, rica en proteínas de buena calidad, frutos secos y semillas, verduras y cereales integrales, junto con productos fermentados, imprescindible para mejorar los sofocos. Incorporar una rutina de ejercicio físico (ya sea bailar, nadar, caminar rápido, zumba o lo que le apetezca) al menos 2-3 veces por semana, ha demostrado su efectividad en la disminución de peso, de los sofocos y del riesgo de recidiva del cáncer de mama. También le recomiendo iniciar un proceso terapéutico con una psico-oncóloga.

Varias técnicas cuerpo-mente, como la hipnosis y la acupuntura, han demostrado en diversos estudios clínicos una disminución de los sofocos de casi un 50%. Le recomiendo que realice alguna práctica cuerpo-mente como el yoga, respiración consciente o Taichi. Si estas no funcionan que pruebe con hipnosis o acupuntura.

Por último, le explico a Laura que hay una infinidad de los suplementos y productos naturales para disminuir los sofocos en la población general. Sin embargo, dado que algunos de estos productos pueden aumentar los estrógenos circulantes o interaccionar con el tamoxifeno, disminuyendo su efectividad, es preciso tener conocimientos de las plantas y suplementos, así como de las interacciones farmacológicas. Le recomiendo que tome extracto de polen y vitamina E, por la mañana y por la noche, para así mejorar su descanso nocturno.

Evolución a los tres meses
Veo a Laura en la consulta a los tres meses. Me comenta que está más tranquila, sin sofocos y que ha perdido 4 kg de peso, por lo que está muy contenta. Ha cambiado radicalmente la alimentación, nada en la piscina tres veces por semana y va a yoga dos veces por semana.

En cuanto al estrés, me dice que ha mejorado mucho. Actualmente está en un proceso terapéutico con una psicóloga que le recomendé para disminuir su exigencia consigo misma y con los demás, y para dejar de emplear la comida como un regulador emocional. Asimismo, ha empezado un curso de mindfulness online, que le ayuda mucho. Por último, Laura me comenta que, a los 15 días de usar el extracto de polen, ya no se despierta en medio de la noche envuelta en sudor y ahora se levanta con energía por las mañanas.

Conclusión
Los sofocos son un síntoma menopaúsico frecuente de las mujeres con cáncer de mama en tratamiento hormonal. Por ende, emplear la oncología integrativa (cambios de estilo de vida, técnicas cuerpo-mente y suplementación, en conjunción con el tratamiento convencional) es un requisito básico si queremos tener una mirada holística para acompañar a las personas con cáncer a mejorar sus síntomas, efectos secundarios y calidad de vida en general.

Marta Capelán, oncóloga especialista en cáncer de mama y experta en oncología integrativa, profesional del equipo de “Integral, Cooperativa de salut”.

Palabras clave: menopausia, sofocos, cáncer de mama, oncología integrativa y técnicas complementarias

https://youtu.be/tmf_7gh9SII