Psiconeuroinmunología (PNI) aplicada a la salud femenina

Psiconeuroinmunología (PNI) aplicada a la salud femenina.

La Psiconeuroinmunoendocrinología o también llamada Psiconeuroinmunología (PNI) es
una disciplina médica integrativa que nace de la necesidad de entender al ser humano de
manera global. La PNIE estudia cómo la mente y el cuerpo se comunican e influyen
mutuamente. Su nombre proviene de la unión de tres palabras: Psico (parte psicológica y
emocional) Neuro (sistema nervioso) Inmuno (sistema inmunológico) Endocrinología
(sistema hormonal).

La PNI parte de la premisa de que cualquier alteración puede afectar a otras áreas del
cuerpo debido a la interconexión de todos los sistemas (considerando al organismo como
un todo). La PNI utiliza esta visión para identificar el origen de los desequilibrios corporales y crear intervenciones terapéuticas individualizadas a través del estilo de vida: alimentación, ejercicio físico, ritmos circadianos, manejo del estrés y las emociones, el descanso, suplementación ortomolecular…

La medicina convencional tiende a considerar las enfermedades de manera mecánica y
segmentada, centrándose únicamente en los síntomas y “poniendo parches” sin
comprender verdaderamente a los pacientes. En cambio, la PNI pone el foco en identificar
las causas en lugar de simplemente tratar los síntomas, y coloca la atención en la persona
en lugar de la enfermedad. Esto facilita la comprensión de lo que está sucediendo y, por
tanto, involucrar activamente a los pacientes en su proceso de curación.

El objetivo principal de la Psiconeuroinmunología es que la paciente tome conciencia de su salud, comprenda las razones que lo han llevado a su situación actual y conozca el camino para corregirlo y evitarlo.

Indicaciones

  • Desórdenes del sistema inmune (autoinmunidad, infecciones de repetición, rinitis, alergias,
    picores, problemas de la piel…)
  • Alteraciones endocrinas (hipotiroidismo, alteraciones del ciclo menstrual, infertilidad, estrés
    adrenal…)
  • Problemas musculoesqueléticos (fibromialgia, dolor crónico…)
  • Alteraciones digestivas (estreñimiento, diarrea, hinchazón abdominal, disbiosis, intestino
    irritable, SIBO…)
  • Desórdenes neuropsicológicos (migrañas, insomnio, ansiedad, cansancio…)