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¿RELACIÓN “TÓXICA”?¿CUÁL ES MI PAPEL?

¿Qué entendemos por una relación “tóxica”? Planteamos la relación tóxica como una relación (pareja, amigos, familia…) que crea malestar constante y va mermando el bienestar de sus miembros sin aportar nada positivo ni constructivo. Puede parecer muy obvio no querer una relación así, pero, en realidad, es mucho más sencillo de lo que pensamos tener una relación tóxica, o más de una en nuestras vidas, y no acabar de detectarla o no poder ni querer dejarla.

Aceptamos que en nuestro alrededor hay personas muy distintas, unas más alegres y simpáticas que otras, más positivas o negativas… pero, ¿“tóxica”?

Todos tenemos nuestros malos momentos ¿no es así? Ahora bien, ¿es algo puntual que puedo aceptar por las circunstancias del momento? Después del mal trago y recuperada la calma, ¿me siento bien con esa persona? o, todo lo contrario. ¿es algo que se repite en la mayoría de encuentros con esa persona? ¿me angustia cada vez más? ¿me hace sentir impotente o culpable, sin recuperar la calma en ningún momento con ella? Si es así, podríamos estar ante una relación “tóxica”.

A la hora de enfrentarnos a nuestras propias reacciones y las de los demás, cada uno de nosotros somos diferentes. ¿Conozco bien mis reacciones ante diferentes situaciones? ¿Me he preguntado cómo me siento en las diferentes relaciones de mi vida? ¿Cómo se sienten los demás conmigo? ¿Me dicen que me quejo demasiado? ¿Hay alguien en mi vida que me hace sentir especialmente mal? ¿Me he planteado si es imprescindible para mí? ¿Lo pienso, pero no me veo capaz? ¿Me enfadado fácilmente por cualquier cosa?…

El caso que presentamos nos muestra alguna de las dificultades que pueden llevar a no detectar y/o no poder reconducir este tipo de relaciones que llamamos “tóxicas”, así como el trabajo realizado, en este caso concreto, para poder retomar el contacto con uno mismo, reconocer las propias necesidades y reconducir la relación, buscando alternativas de una forma sana y constructiva, fuera del enganche de esas relaciones “tóxicas”.

 

El caso de Marcello

 

Marcello (nombre ficticio) tiene 24 años, y viene a consulta planteando una dificultad de relación con su pareja. Hace tiempo que se siente mal con su novia y no sabe cómo resolver ese malestar y desea sentirse bien con ella. Marcello nos plantea cambiar “su sentir”, sin más, cree que él es culpable de su malestar.

Debemos conocerle mejor para ayudarle a descubrir cómo se activa ese sentimiento de malestar.

Nos cuenta que, al principio de la relación, él tenía muchos detalles con su novia. Le gustaba verla contenta y parecía que se le daba bien. Se considera un chico sensible, atento y detallista también con su familia y sus amistades. Poco a poco, a medida que compartían más tiempo y crecía la confianza entre ellos, su pareja empezó a encontrarle “pegas” a sus detalles y progresivamente a todo lo que él hacía. Ante esta situación, él respondía esforzándose más y más, intentando acertar en los detalles, estar más atento a las necesidades de ella… Y no parecía acertar en nada. Entonces empezó a notar que estar con su novia le creaba malestar y empezó a angustiarse ya que “no debería ser así”. Él estaba seguro de que ella le necesitaba y él no podía fallarle y tenía que llegar a ser feliz con ella, ¡sí o sí! No se planteaba otra alternativa.

 

Trabajo terapéutico

 

Proponemos explorar más en los detalles de su relación, cómo evoluciona hasta el estado actual, y un trabajo de auto-observación que le permita verse a él mismo en este proceso: sus emociones, pensamientos y acciones.

En cuanto a su pareja, relata que, ahora que la conoce mejor, observa que ella suele empezar con todas las nuevas relaciones de forma amable y cuando ya existe un vínculo de amistad dice: “ahora hay confianza, ya puedo decir lo que pienso”. A partir de ahí todo suele ser bastante negativo y reconoce que algunas personas acaban alejándose y dejan de quedar con ellos.

Eso también le preocupa. Le entristece pensar que ella podría quedar sola. En este punto nos centramos en lo que él siente y cómo se relaciona. Nos explica que tiene una amiga con la que se siente de forma parecida. Es una amiga de la infancia, han crecido juntos, son vecinos y ella se ha apoyado siempre en Marcello.

Le pedimos que concrete la situación que le crea el malestar parecido al de su pareja. Nos describe el hecho de la negatividad constante de su amiga, siempre está en queja de todo, también hacia Marcello, ante lo cual él se siente más obligado a hacer algo para hacer sentir bien a su amiga. Si le preguntamos por la experiencia, de años, con la amiga, reconoce que nunca ha sido capaz de hacerla sentir contenta un solo segundo y que, con el tiempo, él siente alivio cuando ella viaja por trabajo durante largas temporadas. Esa sensación de alivio le crea culpa y también le preocupa.  

Marcello va tomando consciencia de su necesidad de contentar a los demás hasta el extremo de verse como único responsable. Le ayuda su experiencia en el entorno familiar, donde su rol de “cuidador” y “detallista” está muy bien valorado, pero dónde se ve recompensado por el reconocimiento, sobretodo de su madre, pero también por el resto de la familia. Un hermano le refiere que no es agradable estar demasiado tiempo en compañía de su novia. En este punto empieza a plantearse de otra forma las dos relaciones que le crean malestar: empieza a ver cómo él se responsabiliza del bienestar de la pareja y de la amiga sin que estas le reconozcan esfuerzo alguno.

En las relaciones personales no siempre se puede actuar de la misma forma, ya que las personas son distintas y requieren estrategias diferentes dentro de la propia forma de ser de cada uno.

En este contexto de auto-observación Marcello empieza a ver su malestar, no como algo a eliminar, sino como un indicador de que hay que cambiar algo en su comportamiento con la pareja y con su amiga de la infancia.

“Desde mi forma de ser, que no me disgusta y me ha aportado buenas relaciones, ¿puedo hacer algo más para que mi pareja deje de verlo todo negativo? ¿realmente está en mi mano? ¿me siento yo escuchado por mi amiga de la infancia? ¿existen momentos agradables entre nosotros? ¿son suficientes para que me apetezca verlas? ¿qué espero yo de una relación de pareja?”

 

Evolución

 

A partir del trabajo de auto-observación y de aceptación de todo lo que iba descubriendo sobre sí mismo va haciéndose responsable de su propio bienestar. Marcello puede plantearse nuevas estrategias para relacionarse con personas que podríamos considerar tóxicas: tomar distancia (física y temporal en lo posible) para pensar en cómo se siente y qué le indica esa emoción respeto a lo que ocurre, y aprender a poner límites entre su necesidad de complacer y la necesidad del otro.

Se permite distanciar los encuentros con su amiga de la infancia sin esperar que la alejen sus viajes, así como acortar los encuentros a un café para ponerse al día y poco más, de forma que él se queda bien y le apetece volver a quedar.

Con su pareja, Marcello se permite empezar a decir lo que piensa sobre lo que quiere, sobre las quejas de ella, y a exponer también su necesidad de reconocimiento. Desde la calma se plantea llegar a conocer si realmente puede llegar a sentirse bien con su novia. “Quererse sin necesitarse”.

“Escucharse” implica aprender a ser el primer responsable del propio bienestar general y aceptar que, de la misma forma, el otro es el primer responsable de su propio bienestar.

Esto conlleva cuidarse a todos los niveles: ejercicio regular, comida saludable, aprender técnicas de relajación, relaciones satisfactorias

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M.Dolors Pallarès i Ramon,Psicóloga.

Articulo publicado en la revista Integral en  2017.